lunes, 27 de noviembre de 2017

Meditando sentado en un deslucido sofá de cretona amarilla






CADÁVER DE UN HOMBRE AÚN SIN IDENTIFICAR
(Escena Segunda)

            Cuando comienzo a prestar atención a la estancia la percibo especialmente cálida, aunque un cadáver esté en ella en estado de primera descomposición. De él sólo sé su nombre, además de algunos otros detalles que por ahora no debo desvelar. Puedo advertir que se trata de un hombre de edad cercana a la madurez, ya imposible. De mirada fijada para siempre en un rostro que denota nobleza, su tez blanca y sus ojos azules parecen indicar que podría ser un extranjero. Sus manos sin vida tienen una extraña rigidez simbólica, como si hubiese decidido envolverlas en un gesto, mitad ademán, mitad palabras. ¿Pero que puede decirme con su pose este cadáver? Todo, si lo miro con detenimiento, aunque pueda abrir con ello muchos otros interrogantes que ahora no estaría en condiciones de explicar.
            Echo una mirada en derredor mío y observo una multitud de libros y enseres mal ordenados, apilados aquí y allá, como si la persona que tengo muerta ante mis ojos hubiese carecido en vida de toda suerte de norte y orientación. ¿Quién es realmente, y en qué situación vivía antes de convertirse en un cadáver? Aunque no puedo precisarlo aún, seguramente por dicha razón la ansiedad ante tal enigma me estimula a seguir adelante con mis pesquisas.
            La verdad es que no alcanzo a comprender porque fui yo el elegido para ir a buscarlo, cuando mi relación con la empresa no es más que coyuntural. Un tal Arsenio Lafuente, viejo conocido del gremio, dicen que es quien se encarga casi siempre de este tipo de asuntos. En fin, me ha tocado a mí y debo resolver el caso de alguna manera. Ellos esperan en un tiempo prudente mis conclusiones y, además, necesito el dinero que han prometido pagarme.
            Una vez sentado en el deslucido sofá de cretona amarilla que hay en el salón-comedor, medito en todo lo que debo hacer antes de dar aviso a la autoridad local para que hagan acto de presencia en el lugar.




                                                  













4 comentarios:

  1. Excelente, José luis, muy bien descrito ese escenario con cadáver y la humana tarea de observar y sentir ante un ser humano muerto. Muy bueno, amigo!!!
    Feliz noche, un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, amigo. Parece que ese cadáver dice mucho más muerto que vivo; que fuera capaz de suscitar una larga conversación con el narrador del relato. Veremos a ver que pasa...
    Feliz noche. Un abrazo para ti también.

    ResponderEliminar
  3. Intrigante relato José Luís!!! No quda más remedio que.esperar al desenlace. Magnífico, has sabido mantenernos expectantes barajando posibilidades sobre el cadáver.
    Feliz descanso querido amigo.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, amiga. De momento, el cadáver se resiste a contarnos su identidad. Ya veremos como logramos adivinarla. Quedamos expectantes...
      Feliz descanso. Un abrazo.

      Eliminar