![]() |
... de la Red |
Una lluvia de palomas blancas cayó del cielo y éste se abrió de par en par mientras yo miraba arrobado sin que mis ojos pudieran dar crédito. En ese preciso momento, me pareció oír una música de suaves violines que brotaba de entre nubes ardientes y quedé completamente paralizado cuando una voz dentro de mí me habló en el silencio de la tarde:
"Mira hacia arriba y verás..."
Y como un niño candoroso no supe que hacer y me detuve a esperar bajo un frondoso árbol que encontré en aquel extraño y solitario paraje.
Apenas unos instantes transcurrieron y ella descendió de los cielos.
Verdaderamente no logré percibir con claridad persona alguna; sólo pude contemplar ante mí la figura resplandeciente de un ángel con cara de mujer. Sentí como su mirada luminosa me atravesaba el corazón y comprendí de una sola vez lo que el Amor significaba, algo que había buscado a lo largo de toda mi existencia sin haberlo hallado jamás.
Luego, como si viajara en un vertiginoso rayo de luz, desapareció ante mis ojos tan rápidamente como había venido.
Ahora cuando lo pienso, no sé si fue realidad o sueño. Nadie, ni yo mismo, podrá sacarme nunca de esta duda.
Sin embargo, sin saber por qué, hoy me siento un hombre nuevo lleno de energía y con ganas de vivir.
¿Debemos creer, pues, en los milagros?
Yo creo que sí. Juzguen ustedes mismos. Yo soy ya un romántico empedernido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario